La Historia de este vestido

 

La historia de cómo hicimos este shooting en un día (las siguientes fotos fueron las últimas que hicimos en el día) fue toda una travesía que volvería a repetir con gusto.
Gracias especiales a Cami, Ruby, Juan y su mamá.

 
 
ALEXIA MERCADO
 
 

En uno de esos días en los que una se encuentra perdiendo el tiempo en Instagram, navegando entre imágenes de todo el mundo, apareció el perfil de Juan Worley. Sus diseños únicos me ilusionaron profundamente con la idea de crear una serie de fotografías, en especial por un vestido con detalles magníficos y esa tela sublime en tono melón.

Lo primero que hice fue escribirle para saber si podía comprarlo, pero poco después decidimos algo mejor: planear juntos un shooting completo con toda su colección. Elegimos una ciudad donde ambos pudiéramos coincidir: Monterrey.

Todo estaba listo. Para estas fotos, contratamos a dos modelos increíbles. En esta primera parte, retraté a Camila.

El primer desafío fue encontrar locación. Tuvimos varios problemas, porque —con toda honestidad— algunos “queridos regios” se portaron bastante mal con Juan al momento de visitar La Fábrica. Negaron el acceso incluso solo para ver el lugar, aunque es un sitio al que entra cualquiera sin tantos filtros. El primer pretexto: que no se podían modelar telas transparentes o semidesnudos. Insertar aquí un buen meme medieval. Otra excusa absurda fue que les parecía sospechoso que él viniera de Tijuana, yo fuera de Querétaro, una modelo llegara de Guadalajara y la otra fuera local de Monterrey. ¿Y eso qué?

Finalmente, Juan encontró las locaciones ideales: primero, La Casa de los Abuelos; después, un teatro para la segunda parte; y, para cerrar, esta locación desértica a unos 40 minutos de la ciudad.

 
 
ALEXIA MERCADO
ALEXIA MERCADO
ALEXIA MERCADO

Llegar al desierto fue como llegar a un escenario que ya nos esperaba.

Después de los contratiempos con las otras locaciones, esta última parada se sintió como un cierre silencioso pero poderoso. El paisaje era vasto, seco, con una luz que no pedía permiso para atravesarlo todo. El viento se sentía diferente ahí, más crudo, más sincero.

Camila —vestida con ese traje que parecía flotar entre el polvo— encarnó la imagen que desde hace semanas tenía en la cabeza. Ese vestido melón no era solo una prenda bonita: tenía algo de contradicción, de delicadeza en medio del terreno áspero. Cada movimiento suyo contrastaba con el entorno: la suavidad de la tela contra la dureza de las piedras, los pliegues ligeros que se elevaban apenas con el viento, como si también quisieran huir un poco del calor.

ALEXIA MERCADO
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ALEXIA MERCADO
ALEXIA MERCADO
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ALEXIA MERCADO
ALEXIA MERCADO
ALEXIA MERCADO
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Así que está fue la última parte del shooting y una pequeña visualización de lo que hicimos.

Dress: Juan Worley
Model: Camila

Monterrey N.L

ALEXIA MERCADO
 
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