JUNIO
Es curioso como Junio 2023 fue el fin, no lo sabía hasta hoy, en aquel entonces quería disfrazar lo que estaba sucediendo, quería continuar una falsa asimilación y creyendo que lo estaría llevando de la mejor manera con lo que había manejado meses atrás, dije, ‘no será sencillo, pero puedo hacerlo’. Enorme fue mi sorpresa cuando llegué de nuevo a esta casa y ver que no sería así, ahora mi preocupación era que no había esa estética que necesitaba para llevar a cabo esto, ¡que preocupación!
No podría llevar mi proceso de arreglo porque no había la suficiente estética en donde me quedaría, eso pensé. La vida era ‘cruel’ por mis pensamientos pero también porque donde pasaría todo esto no era bonito, pensaba que debía continuar llevando un estilo de vida que ni siquiera podía sostener, quería esforzarme aún en mis momentos débiles para que la depresión que llevaba se viera “visualmente bonita”. Quería continuar el juego de apariencias como si eso fuera a compensar algo, pude haber invertido en muchas cosas de ayuda, sin embargo lo usé para cosas vacías que terminaron frustrándome más. Mis expectativas altas e irreales me condenaron a estar conmocionada por mucho tiempo, era devastador idealizar situaciones que jamás serían, mi realidad era incómoda, lo pensaba una y otra vez.
Es cierto, me perdí, me dejé llevar por la frivolidad, lo que alguna vez critiqué era mi nueva yo, quería disfrazar mi dolor en lujo, basé mi personalidad en la codependencia que se arrastra por pretensiones.
Jamás iba a admitir esto, tuvo que venir otro Junio a decírmelo, esta vida me estaba destruyendo y era mi propia condena.
“¡Pobre niña, tiene depresión y su mayor preocupación es que no se vea bonito donde la va a pasar acostada los días!”
Siendo brutal y directa, estaba enferma, pasado la peor crisis y con todo eso quería que luciera lindo entre lo desagradable e incómodo que ya era eso. Tal vez un mecanismo de defensa para no admitir que a veces las circunstancias son feas y aún así hay poesía en eso.
Soy costeña, hija de pescadores, no tengo que intentar hacerme la humilde porque es desagradable llegar al corazón de alguien con este tipo de historias, pero ese es mi origen y lo rechazaba, cuando era adolescente odiaba la playa, quería vivir en un lugar frío, evitaba hacer fotos en la playa cuando comenzaba en la fotografía y buscaba follajes para emular bosques o algo distinto donde no existiera el mar. Me fui a los dieciocho a vivir a Querétaro y fui feliz por el tipo de clima que había, adapté mi acento y comencé a creer que podría vivir por siempre ahí, años después volví a dónde nací renegando y sintiéndome la persona más fracasada del mundo. Ahora lo entiendo, esa parte gritona y odiosa también es persistente pero necesitaba de esto para saber que ya tenía lujos desde que nací y pude ser apoyada por mis padres.
Este cambio solo lo toleró mi familia, nadie más, ¿quién quiere estar cerca de una enferma mental? Nadie. Pero ¿quién quiere estar cerca de alguien con trayectoria que lleva una vida con algunos ‘lujos’? Todos, todos quieren morder algo de ahí. Ahora me pregunto como es que alguien quisiera estar cerca de quién desea aparentar lo que es insostenible. Llené mi armario de ropa, quería estrenar diario algo, competía por ir a gastar lo de una semana en un día, compraba cosas vacías, solo pensaba en qué debía publicar para que mi estilo de vida luciera perfecto en las circunstancias fastidiosas que había detrás. Es sencillo ocultarlo, nadie podría saber que tan miserable era y seguir maquillando las cosas de mi alrededor para tener ese tipo de apariencia, en la miseria pero ‘bien‘, bueno eso no funcionó, según mi percepción.
Alguna vez leí que los verdaderos amigos se quedaban contigo en el éxito porque ahí es cuando nacen las envidias y se demuestra quién es leal y cuando estás en la miseria cualquiera puede tenerte lastima, realmente no tengo un ritmo para medir a las personas que se han mantenido en mi vida, pero he de admitir que soy un problema y aún así hay almas que indudablemente me recuerdan quién soy.
¿Cuál es el desenlace para esto? “¿Y encontró su esencia?” Ahora estoy siendo derribada por mi, quiero deshacerme de esa versión molesta que se fija en la estética porque sé que esa versión mía es manipulable, ahora más que nunca venero el mar, la humedad de la brisa, no el calor seco y aunque buscaba el bosque mi corazón se alegra al escuchar a las olas, ahora sé que negar mi playa era negarme a mí. Es posible que necesitara de la frivolidad para llegar a esto porque sé que nada es permanente y de alguna manera es necesario, así son las crisis de identidad, ¿quién soy? Cambiante, ahora puedo tomar lo mejor de lo peor, por incómodo que sea reconocerlo.
Esto lo reconocí un Junio 2024 en una mañana, al despertar de un sueño de olas contenidas.